lunes, 17 de junio de 2013

Que la vida son dos días.

¿Nunca os ha pasado de querer decir lo que sentís a una persona?
¿De que necesitáis contarle lo importante que es para vosotros?
¿De la cantidad de sonrisas que os saca con sus gilipolleces?
¿De las ganas que tenéis de formar un futuro junto a él o ella?

Pues eso es lo que quiero yo.
Echar huevos y tirarme a la piscina.
Decirle a esa persona que quiero ser algo más que amigos,
sin temor a una respuesta negativa.
Y es que la vida son dos días, y hay que aprovecharla.
Que quizás no lo sea, pero las oportunidades solo pasan una vez.
Y que si no echas huevos, si no luchas por ello,
tu futuro se verá rodeado de "y si..."
Porque nada pasará dos veces delante tuyo.
Porque nada se repetirá.
Porque si no lo aprovechaste, se acabó.

Pues eso es lo que yo (y muchos de vosotros) debería hacer,
echar huevos, plantarle cara al miedo, vencer a mi negativismo,
decirme que por qué no? Por qué no podría ser verdad?

Echar huevos e ir por él,
echar huevos y decirle que me gusta,
echar huevos y plantearle un futuro,
echar huevos y recordar el pasado, como algo que acabó,
echar huevos y luchar por mis sueños.

Y es que ya no puedo reprimirme,
necesito contárselo todo,
que sepa por qué todavía no sigo enamorada,
por qué ya me olvidé de quién debía olvidarme,
por qué pasé página,
por qué lo elegí a el.

Porque su sonrisa y sus gilipolleces me alegran el día,
me sacan una sonrisa cuando lo necesito.
Que es un chulo? Pues sí, pero es un chulo que me hace feliz.
Porque aunque sea tan raro como un perro verde,
hey, nada mejor que lo raro ya que significa único.
Porque me conoce,
porque siento que es como yo,
porque puede que compartamos ideales,
porque, por qué no imaginar una historia, una historia junto a él?

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