Las últimas veces. Es triste cuando en las relaciones pasa esto. No
solo es triste una ruptura en general, sino lo que eso representa, sobre todo
cuando es inesperado. Tener un último beso sin saber que era el último beso.
Tener un último abrazo sin saber que era el último abrazo. Haber vivido el
último día en el que él fue cariñoso contigo, o te decía que te quería, o te
esperaba en todas partes, y estaba contigo tantas horas al día que no te
imaginabas tu vida sin él… Y no saber que es la última vez que lo está
haciendo, que está pasando esto. ¿Hay algo más triste que no poder despedirse
dignamente de algo, por no saber que es una despedida? Llegar un día en el que,
supuestamente, todo estaba bien, y darte cuenta de que no lo estaba. Darte
cuenta de que los sentimientos se han esfumado y tú estabas viviendo en una
situación tan feliz como irreal. Darte cuenta de manera tan inesperada, que no
saber cómo reaccionar. Una parte de ti simplemente quiere decirle lo que sea
para que se quede, pero la otra debe ser realista y madura, y debe predominar.
Pero… ¿Y lo triste que es eso? Lo triste que es no estar mentalizada de que
algo va a ocurrir, y que te ocurra sin haberlo planeado, sin haberte preparado
psicológicamente para ello. La tristeza de no poder disfrutar una última vez,
simplemente por no saber que lo era. Y así se vive, rememorando los últimos
momentos una y otra vez. Acordándose del principio y del final, así funciona
todo. Y, es que, lo único que te queda en momentos así, son los recuerdos… Los
recuerdos, y tal vez algún último regalo que al mirar, te trae tantos
recuerdos, como lágrimas a tus ojos.
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